Las respuestas organizativas que se dan a aspectos como la proporción de alumnos/as por tutor/a, o la diversidad de personas que se necesitan para poner en funcionamiento acciones educativas e-learning, o sistemas de apoyo a profesorado y alumnado, o la integración del e-learning con acciones formativas presenciales, entre otras, influirán sobre la calidad de la acción formativa.

La producción de una actividad formativa e-learning es, si cabe, más compleja que la de una presencial, porque a la complejidad pedagógica se une la tecnológica, lo cual hace necesario contar con un equipo multidisciplinar formado por especialistas en cada una de las fases de elaboración y desarrollo de un proyecto e-learning.